En continuidad con la propuesta de inicio de año, esta segunda jornada se centra en habitar la literatura con la oralidad como eje. En este caso, las y los estudiantes en ambos turnos de la E.E.S. N° 10 son quienes asumieron un rol protagónico; narrando historias, recuerdos o fragmentos de alguna parte de su historia personal. El desafío de tomar la palabra y exponer frente a la comunidad es muy grande para cualquier persona, y en el caso de las y los estudiantes es un momento muy especial, trascendente en sus trayectorias educativas. Es por eso que el proceso de acompañamiento debe ser cuidado y, sobre todo, la narración debe ser un paso no forzado, un desenlace natural en el que contar sea algo deseado, esperado con expectativa y predisposición para el encuentro, tanto por parte de quien cuenta como de la comunidad reunida para escuchar.
“(…) creemos que la narración oral ofrece un tipo de relación que la virtualidad aún no ha conseguido: sentir la vibración de otro ser humano que se introduce en nuestro intelecto, en nuestra imaginación, apenas con su voz, su cuerpo y sus palabras.”
(Ana Padovani, Escenarios de la narración oral, 2014, p. 102)





















